Esta es la última entrega de una trilogía que comienza «El diario de un hedonista», continúa «Como una luz encendida» y cierra «Gente sin escrúpulos». Aunque cada una de las novelas contiene historias distintas, el protagonista, principal unas veces y secundario otras, es el detective Larry Scott, alter ego de Laurencio Ávalos Scott. En la primera aparece porque es necesario ya cuando la historia está avanzada, ergo su papel es el preciso para entenderla. En la segunda, comparte con la protagonista el hilo conductor del relato. Y en esta, nos deja con la duda de sus contradicciones y de quién es y cómo acaba. En esta historia que cierra la serie, junto a los nuevos personajes, vuelven otros conocidos y lugares ya visitados. No obstante, lo que cuenta forma parte de la vida, de los escenarios reales en los que se desarrolla la trama inventada: la desaparición de Malena, una mujer enigmática que se cree distinta, provoca un retrato de los bajos fondos, de la marginalidad urbana y rural, del crimen organizado y de la corrupción, en la que van apareciendo personajes que, aunque no todos perversos, a todos nos recordarán a gente sin escrúpulos que alguna vez pasaron por nuestras vidas. Pero, también es el relato de una historia de amor quizá inacabada.

El autor desmonta todas y cada una de las falsedades, desinformaciones, errores y sufrimientos producidos en torno al conflicto artificial del Sáhara occidental. Interminables viajes al desierto, en los que se ha entrevistado con jefes de tribus, víctimas del conflicto, organismos públicos e internacionales, en búsqueda de respuestas claras con las que tener una nueva y amplia visión del conflicto. La conclusión es clara: el Sáhara fue y es marroquí. No porque lo reclame el Reino de Marruecos, sino porque de ese modo lo ha expresado y expresan durante siglos las tribus autóctonas. Cinco años de trabajo que desvela la verdad del Sáhara, que abre un nuevo camino para la paz y la reunificación de las familias divididas durante demasiado tiempo.

En mi lento y muchas veces, ajetreado caminar por el sendero de la vida, fui descubriendo facetas, quizá parecidas a muchos seres humanos que necesitan despersonalizar las vivencias a través de las manifestaciones del arte. Creo que todos tenemos algo de poetas, bohemios o filósofos, como en estos pensamientos que a través del tiempo fui escribiendo; tal vez sentado en una plaza, o viajando por los pueblos y ciudades o en noches de estío, de bohemia o de farra y/o en alguna movilización social, o el desenfreno por luchar contra las injusticias de la vida o el maltrato a la naturaleza, y ya en cautiverio clamando por ?justicia? y libertad. Pienso que desde siempre escribí poesía o historias hecha poesía soñadas y/o reales; mas nunca me atreví a compilarlos o sistematizarlos en un libro y disculpen mi ofensivo atrevimiento por ahora plasmarlo en este librito ?Mis ideas y manos están libres?, algunos escritos que pude rescatar pese al encierro y otros que son fruto de las experiencias vividas o soñadas. Tener mis escritos en físico, ordenadas cronológicamente o quizá desordenados, en fin el hecho es que ahora están compiladas y pueden ser apreciadas por los lectores amantes del desafío desaliñado de las reglas literarias y reiteró mi desaforado atrevimiento a escribir mis realidades, sueños, esperanzas y diatribas. Algunos temas podrán resultar vulgares y hasta frívolos, resultado de una experiencia: grata, placentera o a veces desagradable o finalmente expresiones del sentimiento fútil y profano del pensamiento, epopeyas hechas poesía, invitando al lector a atreverse a escribir experiencias, cosas, historias mejores contadas que las mías. Gracias por leernos.

El tiempo es una magnitud física con la que se mide la duración o la separación entre acontecimientos, una dimensión que representa la sucesión de estados por los que pasa la materia. Cronos es su dios, un titán caótico y violento, hijo de Gea (la tierra) y Urano (el cielo), representación del tiempo humano y verdugo de todas las cosas.
Cronos Miente cierra una trilogía de dioses y humanos que comenzó con Talasa y continuó con Hijos de Afrodita. En esta obra se habla del tiempo, de los principios y los finales, del pasado, del presente y del futuro. En esta obra, se habla, en definitiva, de personas.
En el instante preciso en que el sol calienta y las olas llenan el aire con su ruido caben el tiempo, los finales y los inicios: el resto es solo un magnífico error.

Hacia el horizonte es una obra que nos narra la vida de dos jóvenes que, a pesar de sus orígenes humildes, tienen la oportunidad de cambiar sus destinos, y comienzan un camino donde el aprendizaje y el estudio los llevará a alcanzar sus metas en el mundo de la sanación. La ciudad donde viven, como si de otro personaje se tratara, anhela alcanzar su desarrollo pleno, en un siglo lleno de acontecimientos políticos y sociales, y en el que está próximo el despertar de los descubrimientos científicos.
El inicio, donde el antiguo régimen comienza a desintegrarse: la Guerra de la Independencia, los cambios políticos, la supervivencia a las epidemias; entre estas, las que se vivieron de cólera. También es el inicio de la industrialización. He aquí el escenario que acompaña la vida de una familia que trata de sobrevivir en una ciudad que camina por los senderos del siglo XIX, y que, tanto ella como sus ciudadanos, se niegan a rendirse, y luchan en paralelo para alcanzar su horizonte.

Para las mujeres y hombres trans, a pesar de que sus derechos como personas están reconocidos en multitud de textos jurídicos tanto nacionales como internacionales, en demasiados países no les son reconocidos y en los que sí son permanentemente cuestionados. Parece que para muchos y muchas los Derechos Humanos nos protegen a todas y todos pero según y cómo. Desde una posición supuestamente igualitaria están negando ese derecho a ser a mujeres y hombres en todo el mundo. Parece que les dicen tienes derecho a ser pero yo voy a decidir por ti como debes hacerlo. Aquí tenemos los testimonios de mujeres y hombres valientes. Esto es lo verdaderamente importante, lo que ellas y ellos sienten sobre sí mismas/as. Ahí podemos ver lo que cuesta ser, lo difícil que es muchas veces ser uno/a mismo/a. Negarles el derecho a ser es crearles una imagen distorsionada y dar a la sociedad un mensaje negativo que es, a su vez, fuente de más violencia. Es necesario el derecho a la autodeterminación de la identidad, el derecho de las personas trans a independizarse de las tutelas que les han sido impuestas con la exigencia de requisitos médicos para hacer efectivo el cambio de la mención registral al sexo y el nombre en su documentación. Las personas trans no son lo que quieren ser sino lo que realmente son, pero en muchos casos ese llegar a ser ha sido (está siendo) un camino durísimo.